Si eres de los que tienes costumbre de tomar algún que otro café fuera de casa, y dejas el azucarillo a medias, ya sea porque te gusta más tirando a amargo, o estás en fase de rebajar el consumo de azúcar, este post es para ti.
Es una lástima ver como cada día, se desperdician tremendas cantidades de azucarillos, porque es más fácil tirarlos que reaprovecharlos, o porque simplemente se han manchado sin haberlos hecho servir.

Por este motivo, estoy de acuerdo que se pongan cestas en las cafeterías, donde cada uno se coge el que vaya a necesitar, y aquella persona que sea consciente que al final ha cogido de más, lo devuelva a su sitio para que otra lo pueda utilizar.
Es un ingrediente, que en este formato, se le ha perdido un poco el respeto, y al que le damos poco valor. Cuando detrás de cada azucarillo, hay un cultivo, un tratamiento, un empaquetado y un transporte. Sólo porque ya se da por hecho que siempre está disponible no se le presta atención.

Por este motivo, a partir de ya, cómprate un azucarero a poder ser de vidrio con la tapa de acero inoxidable, y ves llenándolo con los azucarillos que se te hayan quedado a medias.
De esta manera, matarás dos pájaros de un tiro:
- Aprovecharás el azúcar que de otra manera se tiraría, ayudando con este gesto al reaprovechamiento alimentario.
- Serás consciente de cuánto azúcar ha dejado de consumir tu cuerpo, animándote poco a poco a ir rebajando más su consumo o incluso dejarlo del todo.

Este gesto lo puedes hacer tanto en casa como en el rincón del café en tu trabajo. De esta forma, así también haces que los demás tomen conciencia y tal vez se animen a repetir este gesto con su familia, haciendo que otras personas de su entorno se animen a seguir sus pasos.
Estas fotos están tomadas en el rincón del café en mi oficina, por lo que yo ya he tomado conciencia, he decidido ser responsable, y lo he llevado a cabo ¿Y tú? ¿Te animas a poner en marcha esta iniciativa? 😉